Llega a España Melboss, una plataforma fundada en Palo Alto (California) en 2013 y que aspira a convertise en el Linkedin de la industria musical. La idea es sencilla: proporcionar un espacio digital a artistas emergentes para que se pongan en contacto con profesionales implicados en la industria musical.
“Lo que se ofrecen son servicios de desarrollo profesional”, explica a APMusicales el CEO Francisco Buendía. “El modelo de negocio es sencillo. El mentor es alguien que está interesado en dar feedback a grupos noveles y cobra por ello. Estos le hacen llegar una canción y él se compromete a escucharla. Si alguien quiere darse de alta con esta etiqueta, lo que hacemos nosotros es una validación, para que se mantenga el nivel de los mentores. Eso sí, el precio que cobra lo decide él, en función de criterios como el tiempo que sabe que le van a dedicar. La idea es parecida a Airbnb y Uber. De la tarifa que establece el mentor, Melboss saca una comisión”, detalla.
Estos mentores pueden ser, entre otros, productores, ingenieros, A&Rs y managers. Melboss ofrece, además, servicios de imagen personal y desarrollo de la comunidad de fans. Por ahora, solo hay dos mentores con base en España. Son Manuel Colmenero, quien ganó el año pasado el Premio de la Música Independiente en España a la ‘Mejor Producción Musical’ por el disco La Deriva de Vetusta Morla, y Antonio Escobar, productor, entre otros, de John Legend y Enric Verdaguer.
“Por ahora la mayoría de los mentores son de Los Angeles, pero lo que intentamos es aproximarnos al mercado en el que nos estamos dirigiendo”, admite Buendía. En 2008, él mismo y el otro cofundador, el italiano Filippo Tartati, estaban trabajando sobre todo en temas de tecnología. Entonces, todo esto todavía quedaba lejos.
No fue hasta mediados de 2013 cuando se decidieron a arrancar una empresa en Silicon Valley con la idea de que fuera una red social y la vincularon a la industria musical. “A principios de 2016 decidimos que a la hora de crecer nos interesaba utilizar España para crecer tanto en Europa como en Sudamérica”, detalla el CEO de la startup.
En la plataforma, el usuario se registra gratis y entra a formar parte de esta comunidad. Además de los servicios, también puede acceder a ofertas de conciertos y postularse para iniciativas concretas.
“Nosotros solo canalizamos estas peticiones, y el precio lo decide la persona o la organización que pone la oportunidad. Cuanto más alta es la tasa, menos solicitudes le van a llegar, por lo que estarán más filtradas”, indica.
Pero ¿desde cuándo el talento es cosa de ricos? “Si el dueño de una oportunidad y los mentores ponen sus precios muy altos, puede que haya gente muy buena que se quede fuera. Lo que nosotros intentamos es que cada vez haya más oportunidades gratuitas, pudiendo compensarlo con fondos de organizaciones públicas”, añade.
La plataforma se presentó oficialmente el jueves pasado en rueda de prensa y con un evento musical, al que bautizaron como MelbossOpen. “En este tipo de eventos hacemos físico lo que es Melboss a nivel digital. Que se fomente el networking. Nuestra idea es intentar hacer uno anual. Este año es Madrid y el año que viene podríamos dar el salto a otra ciudad, pero todavía está por decidir”.
“A lo mejor uno puede ser muy bueno, pero si se quiere desarrollar tendrá que basarse en un modelo de ir creciendo en áreas de negocio”, sentencia. Para ahondar en esta perspectiva, el personal de Melboss organiza algunas sesiones formativas.
En ocasiones, da la impresión de que Melboss ni siquiera da importancia a la parte creativa del proceso. Se trata de internacionalizar la carrera y posicionar la marca. “Hay que poder desarrollar una carrera para vivir de ello”, argumentan con razón. Unos de sus casos de éxito es el de la cantante canadiense Maggie Szabo, que con su álbum de debut ha conseguido entrar en el número uno de las listas en Alemania.
Otra cosa son los aspectos laborales. Al entrar en Melboss, entre los profesionales no hay abogados. Entre las organizaciones no hay sindicatos ni asociaciones. Aquí no hay trabajadores, solo empresarios. “Eso es algo que hemos empezado a hacer en Estados Unidos, y en España hemos tenido contactos con la asociación de arte, que conectan con una serie de colectivos a los que nosotros podemos aportar un segundo nivel de apoyo”, destacan. “Es cierto que todavía no está muy maduro. Hemos crecido de una forma no tan clara, y a medida que lo hacemos vamos buscando apoyos tanto dentro como fuera”, zanja Buendía.