Marina Nacenta

El indie español exhibe músculo en el FIZ

El Festival de Música Independiente de Zaragoza (FIZ) es una cita particular. Una sola jornada de 10 horas y bajo techo, recordando que el otoño ha llegado y que más vale prevenirse del viruji externo que curar un mal resfriado. Esta 14ª edición ha servido para medir el estado del indie –con excepciones- patrio, y el resultado es difícil de superar. Las 5.000 entradas disponibles vendidas como premio a un cartel bien diseñado y la sensación de que el público volvió a casa con ganas de saber más de los grupos que descubrió.

Porque el FIZ corría el riesgo de convertirse en una eterna espera a la actuación a la actuación de Vetusta Morla y acabó siendo un crescendo imparable hasta el estallido con la salida al escenario de los indiscutibles cabeza de cartel. Pecker fueron los encargados de arrancar los primeros bailes. Faena desagradeciada que llevaron a buen puerto gracias a una actitud irreprochable y muchas dosis de swing. Las 150 personas que a esas horas se habían acercado al recinto se lo agradecieron.

El ambiente empezó a caldearse con la llegada de Miss Cafeína, que debieron llevarse un buen subidón de autoestima al comprobar que muchas de sus canciones encuentran la respuesta del público. Inevitable percibir su aire a otros grupos como Supersubmarina, Lori Meyers y a los mismos Vetusta Morla. Aún les quedan toneladas de carisma para equipararse, pero ahí está la esencia.

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Y aparecieron los grandes creadores de atmósferas. L.A. son uno de aquellos grupos que siempre apetece ver en directo. Con ese punto brit que recuerda al rock guitarrero de los ’90. Los mallorquines dominan el tempo de su espectáculo y demostraron saber cuál era su papel en el festival cuando recordaron, entre la gracieta y la ironía, que iba faltando menos para la actuación de Vetusta Morla.

El primer gran momento de la noche llegó con Izal. Si alguien llevaba tiempo sin verlos en directo, en el FIZ se daría cuenta que ya estamos delante de un grupo nacional de referencia. Lograron alzar manos y coros desde las primerísimas estrofas y mostraron algunas de sus canciones candidatas a ser himnos entre sus fans. La buena sintonía demostrada con el público animó a la banda, que fue la más interactuó entre canciones y la que más veces lanzó el micro para que el gentío tomara la iniciativa.

Y en esas llegó Russian Red, con la versión eléctrica que va exhibiendo en este 2014 y que le ha abierto la puerta a escenarios como el del FIZ. No le queda mal el nuevo estilo, por el que ha apostado sin término medio, a pesar de aún tiene trabajo por delante en la adaptación de su repertorio antiguo a este modelo más rockero. A decir verdad, el público zaragozano la recibió con cierta frialdad, quizás impacientes por lo que vendría o expectantes ante el abandono de la chica cándida que cantaba canciones folk en los inicios de su carrera.

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Vetusta Morla, estrellas sin discusión
Quienes no despertaron dudas entre el público son Vetusta Morla, el plato principal del FIZ. Ahí siguen, desentrañando esa deriva que siempre llega a buen puerto, aunque sea en versión reducida para festivales. Los madrileños, más que fans tiene fieles, creyentes,…casi hooligans a los que ni tan solo les importa que el sonido no fuera el mejor. Su actuación en el FIZ tuvo ese continuo efecto karaoke que horroriza a los puristas, pero que público y músicos disfrutan con emoción. Además, el grupo rescató la multitud de éxitos que acumulan de sus dos primeros discos. Cualquiera que no les conociera y los viera en Zaragoza se hubiera sorprendido al ver la cantidad de himnos con los que cuentan. Los conciertos de Vetusta Morla han dejado de ser una espectáculo puramente musical. Son imagen, concepto y una conexión casi física con el público.

El FIZ podría haber cerrado puertas en ese momento, pero el éxtasis tras el excelente espectáculo de Vetusta Morla sirvió para que los espectadores recibieran de buen gusto el rush final, con Leon Benavente, el capricho de última hora del festival, Kakkmaddafakka, el grupo a descubrir, el rock electrónico de los consagrados Rinocerose, y la traca final de Kostrok.

La 14ª edición del FIZ acabó con el sol a punto de salir. Dulce resaca la que espera Zaragoza hasta llegar a las Fiestas del Pilar.